Arrancaron el Mundial como las grandes rivales a batir, con tres copas del mundo y cuatro oros olímpicos a sus espaldas, camiseta de dinamarca y han ganado el juego mediático también fuera del césped. Mientras ellas acumulan esa batería de títulos, sus homólogos masculinos no consiguieron clasificarse para el Mundial de Rusia en 2018. Esos datos contrastan de manera escandalosa con una brecha salarial que, en el mejor de los casos, es del 38%, favoreciendo a los jugadores masculinos.